Palermo: Denuncian varios casos de abuso sexual en dos conocidos boliches

Una nota escrita por la periodista Penélope Canonico para el Diario Clarín, visibiliza una problemática actual de la que al día de hoy no le están encontrando la solución. La compartimos porque nos parece súper importante, y más tratándose en dos lugares ubicados en nuestra zona, al que pueden concurrir nuestras hijas, hermanas, amigas…

Las denuncias coincidieron en las últimas horas. Y apuntan a dos conocidos boliches de Palermo: Crobar y Club Aráoz. Por los casos de abuso sexual denunciados en este último, ya hay un detenido.

Fuentes policiales informaron que un hombre fue detenido en un hotel en la avenida Brasil al 700, en el barrio de San Telmo, adonde llegaron los investigadores luego de realizar seguimientos y averiguaciones mediante redes sociales, por una causa que comenzó el 15 de abril en Club Aráoz, ubicado en Aráoz al 2400.

Allí, efectivos de la Comisaria Vecinal 14 A de la Policía de la Ciudad fueron alertados a través del  911 de la presencia de una joven que se encontraba en estado de shock tras ser abusada por un hombre en el interior del local.

El ataque se produjo cuando la chica estaba haciendo la cola para entrar al baño. “Cuando estaba haciendo la cola un hombre corpulento la manoseó“, denunció el novio de la joven atacada.

En el mismo sitio y ante la Policía, la víctima reconoció al abusador, quien fue detenido por los efectivos de la fuerza porteña sin oponer resistencia.

Tras consultar al juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 18, a cargo del Pablo Ormaechea, el hombre fue imputado por “abuso sexual simple” pero, al no tener antecedentes, recuperó la libertad horas más tarde.

Días después aparecieron dos denuncias más. Otras dos mujeres, en forma separada, argumentaron hechos similares ocurridos en el mismo boliche. La descripción del abusador era la misma de la primera víctima y, tras la acumulación de denuncias, la Justicia ordenó su arresto.

En el caso de Crobar, ubicado en Infanta Isabel y Freyre, también en Palermo, la denuncia la hicieron dos adolescentes de 17 años, quienes aseguraron haber sido abusadas sexualmente dentro de la disco. 

Según relataron, se encontraban en el local el sábado a la madrugada cuando, después de tomar bebidas alcohólicas comenzaron a sentirse mal y perdieron el “control de sus sentidos sensoriales”.

Las víctimas dijeron que, en ese momento, dos RRPP (relaciones públicas) de Crobar que estaban con ellas se les abalanzaron y las atacaron sexualmente.

Las adolescentes fueron al Hospital Fernández, donde se activó el protocolo por abuso sexual. La Policía se acercó al lugar donde le tomó declaración a los padres de las víctimas.

El caso quedó a cargo de la Fiscalía N° 58, que dio intervención al personal de la línea 137 del Equipo Móvil de Atención a víctimas de violencia familiar y sexual. Además ordenó una inspección ocular del boliche esa misma madrugada, por lo que el local debió ser desalojado.

Por ahora no hay ningún detenido, y fuentes de la investigación comentaron que están cotejando las declaraciones con las imágenes de las cámaras de seguridad del boliche, señalaron fuentes policiales a Clarín.

¿Cómo funciona la seguridad en los boliches?

Clarín consultó a Gustavo Palmer, Integrante de la Cámara de Boliches Buenos Aires.

“La discoteca tiene que estar controlada de forma exhaustiva por una empresa de seguridad que esté profesionalmente entrenada. La figura del patovica ya no funciona. En la puerta del boliche debe existir una placa que determine su capacidad, en función de la cantidad de metros cuadrados del lugar”, explica Palmer quien cuenta con más de 45 años de experiencia como empresario de la noche.

“También, estar empadronado en la comisaría pertinente donde está ubicada la discoteca, exponer la prohibición de ingreso para menores de edad. El cliente tienen la obligación de presentar su documento físico con las condiciones requeridas”, agrega.

Asimismo, señala que en la discoteca debe haber al menos 16 cámaras distribuidas por diferentes lugares específicos y ocultos para eliminar los puntos ciegos con espacios tajantes de iluminación. “Tengo que poder monitorear todos los movimientos en el momento potencial para prevenir cualquier problema que pudiera suceder y observar cómo va ingresando la gente. Si alguien está ebrio, lo ponemos en condiciones adecuadas y le damos aviso a su familia para que venga a buscarlo”, enfatiza.

En cuanto a la preocupación de que alguien pudiera colocar cualquier sustancia en las bebidas, Palmer indica que debe haber un cacheo previo por parte de la seguridad y remarca la importancia de las cámaras que custodian el área de las barras.

“Hay un descontrol mayor en la ingesta de alcohol. Cada trago tiene que llevar la graduación alcohólica debida. Por eso, también es clave que el barman los sirva con la medida correspondiente. Por ejemplo, el gin tonic lleva una medida y media de gin”, expone.

“Si culturizamos la noche de Buenos Aires y controlamos con estos conceptos, podremos eliminar todas las anomalías que hay. Hay que marcar la historia de la cultura de la prevención en la noche para arreglar el sistema de seguridad”, ratifica.

En el exterior de la discoteca, hay un policía de guardia para evitar desmanes y un móvil pasa por la puerta cada media hora. En tanto que, la Agencia Gubernamental de Control es la encargada de controlar en la Ciudad de Buenos Aires, de forma periódica, la habilitación, funcionamiento y seguridad de las actividades del local bailable.

Con información de Télam