
A pesar de que los indicadores económicos no son favorables, el mercado de oficinas goza, por el momento, de buena salud. Según el último reporte de Cushman & Wakefield, empresa global de servicios inmobiliarios corporativos, “al cierre del primer semestre la producción de nueva superficie incrementó el inventario en 40.200 m2, cifra que iguala a la producción total alcanzada en 2017”.
El informe reconoce que la incertidumbre está demorando la toma de decisiones por parte de las empresas, un punto sobre el que coincide Matías Celasco Correa, el Research Analyst de CBRE, compañía dedicada al real estate corporativo: “En las empresas, la precaución es la norma vigente, dolarizan sus carteras de inversión o especulan con las altas tasas en pesos y optan por una fuerte preferencia a la liquidez para hacer frente a sus obligaciones”.
Mariana Stange es ingeniera civil, pero se desenvuelve desde hace más de una década en la comercialización de inmuebles comerciales. “Hoy el mercado no ofrece productos, ofrece servicios. La tecnología y la digitalización permite a empresas de todo rubro centrar sus operaciones en brindar experiencias, dar velocidad a sus procesos y agilizar los tiempos de respuesta”, sostiene. “Este comportamiento se percibe también en el real estate. No sólo en los espacios de trabajo sino también en su localización: las empresas están reinventándose, y estos cambios en los esquemas de trabajo y arquitectura de espacios está llevando a las ciudades a reurbanizarse”.
Por su parte, Stange menciona a Palermo como un barrio con buenas posibilidades para las empresas, no sólo del rubro audiovisual. “Su equidistancia con distintos puntos de la ciudad, su oferta gastronómica y cultural, sumadas a la muy buena accesibilidad, garantizan velocidad de acceso, comodidad y confort para sus ocupantes”, asegura. “Empresas de tecnología, de servicios, incluso estudios profesionales, deciden desacartonar sus oficinas y mudarse a nuevos edificios palermitanos”.
Los valores dependen de las condiciones arquitectónicas. En el caso de un edificio refuncionalizado, el alquiler llega a los US$ 18+ IVA /m2, un precio muy por debajo de lo que se pide en las zonas no tradicionales según el reporte de Cushman & Wakefield. Allí, los valores alcanzan los US$29/m2 (como por ejemplo en el Corredor Panamericana), mientras que en las áreas de mayor demanda (Catalinas, Puerto Madero) la renta llega a los US$30,4 + IVA/m2.
Fuente consultada: Clarín Arquitectura