
Miles de personas participaron ayer en Argentina de la iniciativa mundial denominada “Marcha por la Vida”, contraria a la legalización del aborto, y que coincidió con la celebración del Domingo de Ramos y el Día del Niño por Nacer.
El evento contó con un acto central en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Palermo, y varias concentraciones en decenas de ciudades de todo el país.
En Buenos Aires, la marcha se realizó desde Plaza Italia a la Facultad de Derecho de la UBA, sobre avenida Figueroa Alcorta, donde varios oradores se expresaron contra el aborto desde diversos enfoques y defendieron “la vida desde el momento de la concepción”.
“Estamos viviendo una etapa de la Argentina con algunas dudas respecto a lo que significa la vida y en qué momento se origina”, planteó un organizador de la jornada que convocaron ONGs nucleadas en Unidad Provida, a la que se sumaron el clero católico y la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera).
El obispo de la ciudad bonaerense de Azul, Hugo Salaberry, dijo que “considerando la cantidad de familias que desean un niño y no lo pueden tener, el aborto es una afrenta a esas personas”.
Monseñor Salaberry afirmó que él y los sacerdotes de su diócesis están “dispuestos a recibir a los niños no deseados” y a hacerse “cargo de ellos”.
“Las leyes nos hacen crecer en humanidad y nos sacan del reino de la selva en la medida que protegen al más débil frente al poderoso”, señaló el obispo.
Y agregó: “Esta encrucijada nos obliga a tomar posición: una mujer embarazada que duda, parientes o amigos que aconsejan y profesionales que necesariamente intervienen por un lado y por otro, un niño por nacer, indefenso e inocente. Nosotros ya decidimos”.
Por otra parte, una multitudinaria marcha llamó en Córdoba a “honrar a vida” y convocó a “acompañar y sostener a las mujeres que llevan adelante embarazos en circunstancias difíciles, dramáticas, o incluso no deseadas”.
También en Rosario varios centenares de personas, en su mayoría parejas jóvenes con hijos pequeños y militantes cristianos, marcharon desde la céntrica Plaza 25 de Mayo, fente a la Catedral, hasta el Monumento Nacional a la Bandera, a orillas del río Paraná.
“Qué mal debemos estar como sociedad, sociológicamente, para que estemos debatiendo la muerte”, dijo durante la marcha el padre Sebastián, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, de la zona sur de la ciudad.
Respecto a las mujeres que mueren en intervenciones clandestinas, el cura reconoció que “es cierto que la sociedad y el Estado no se ocupan” de ellas pero sostuvo que “el aborto, que es la muerte de una persona que no tiene ningún derecho a defender su vida, nunca puede ser la solución del problema” y apuntó que “hay un proyecto de darle una pensión hasta que el hijo tenga 18 años”.
La Iglesia católica organizó actividades a lo largo y ancho de todo el país, y en muchos casos se plegó a otras convocadas por la sociedad civil, para “aunar la voz y clamar por los que aún no nacieron y no tienen voz”.
Más de 70 obispos compartieron su foto con el lema “Vale Toda Vida”, replicado como hashtag en las redes sociales con miles de posteos en defensa de los niños por nacer.
Ante el debate legislativo por la despenalización del aborto, la comunidad eclesiástica aprovechó la celebración del Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa para dar su mensaje a favor de la vida por nacer.