No estoy errado si afirmo que quienes somos músicos, así como también los melómanos o simplemente quienes disfrutan a su manera de “el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios”, tenemos en común un momento en nuestras vidas: La primera vez que escuchamos una canción de los 4 de Liverpool.
En mi caso en particular, tendría unos 8 años y tengo esa imagen cincelada en mi mente, sentado junto a mi amigo Juan Martín Doynel, tapa del vinilo en mano, manipulando como podíamos un viejo toca discos y escuchando Please, Please me… Suena muy poético y fabuloso y como muchas cosas en la vida en ese momento no nos dábamos cuenta de la magnitud del hecho. Personalmente recuerdo exactamente pensar: Estoy escuchando a “los bitls” que por ahí dicen que en los 60 fueron muy exitosos…
Ese primer disco y un viejo cassette sin tapa de “música de películas” (esas ediciones tercermundistas que se encontraban por aquellos años en nuestro país) donde me encuentro con la otra parte de estos cuatro genios… y ahí iban a quedar ellos hasta que 10 años más tarde empezara a escuchar de otra manera la música y no hablo de tener algún conocimiento extra, tan solo de sentarme y escucharla de otras formas, en otra palabras a sentir la música, SU música…
Mis dos cuadros con 100 entradas de todo tipo de shows, cifra que asciende de seguro a más de 300 sumando todas las bandas que vi en cuanto lugar pude y escenarios que compartí con mis distintas bandas y jamás tuve la sensación que me produjo la primer fecha en argentina del “Up and Coming Tour 2010” este miércoles último.
Como de seguro ya se ha escrito. Con puntualidad inglesa a las 21.00 hs y después de unos 30 minutos previos matizados por imágenes sesentistas acompañadas de remixes de diferentes canciones de su carrera proyectándose sobre las pantallas laterales; el inconfundible Hofner colgado de sus hombros, y con una instantánea conexión con el público la cual sería una constante durante las 3 horas de show, Sir James Paul McCartney irrumpió en el escenario y como quien dirige una orquesta con su mano izquierda comenzó a marcar el tempo de Venus and Mars, tema que hasta el menor de los conocedores de su marca personal la reconoce automáticamente en la primer melodía el cual pegado a Rock Show y Jet (trío de temas de su etapa de Wings) abrieron para mí y unas 45000 personas más, una de las dos noches mágicas y misteriosas en las cuales para algunos Dios en persona se dio un paseo por Argentina… Como un excelente calculador de momentos y emociones la lista iba a tener todo y de todo. All My Loving y la primera gran ovación; es increíble pensar que tanto éste tema como muchos otros hayan sido compuestos por dos monstruos como él y John hace 47 años y sigan teniendo esa vigencia única.
Intentando que pase inadvertido el primer tema de The Beatles volvió a Wings con Letting Go pero pareció desistir regresando a la indiscutible dupla Lennon/Mc Cartney con Got To Get You Into My Life de Revolver.
Con Highway demuestra que también se da el gusto de hacer en vivo temas de su “proyecto de música electrónica” llamado Fireman para pegarse nuevamente una vuelta por Wings (cómo se nota que lo marcó esa etapa junto a Linda) interpretando Let Me Roll It.
Párrafo aparte para la versión de un tema de otro genio contemporáneo a Paul, Foxy Lady de Hendrix y “si quieren también puedo tocar la guitarra” pareció decir cuando empuñaba una Les Paul de llamativos colores…
Es realmente increíble como una misma persona pueda ser distinguida tan solo escuchándola tocar diferentes instrumentos, una línea de bajo indefectiblemente puede ser reconocida como de su autoría, una progresión de acordes en una guitarra, una melodía en un piano y ¿hace falta hablar de su voz a esta altura?…
Una introducción como para calentar los dedos…señoras y señores The Long and Winding Road y está totalmente permitido emocionarse si aún no lo hizo. El negocio no estaba de seguro ni en vender bebidas, ni comida, ni merchandising; más de uno necesitaba pañuelos descartables y en cantidad a ésta altura…
Sin moverse de atrás de su piano, lugar en el cual sin lugar a dudas está muy a gusto pega dos temas como Nineteen Hundred and Eighty-Five, en el cual parece estar dirigiendo una orquesta y realmente para que sea perfecto faltaría tener un par de bronces que lo secunden y Let ‘Em In; y cuando ya parecía estar satisfecho de hacer temas sin estar “al frente” del escenario y entre tanta comunicación con el publico lanza el primer homenaje de la noche con algo como – este tema lo compuse para Linda – y comienzan a sonar los primeros acordes de My love, emotiva canción 100 % Mc Cartney…
Casi en el mismo formato de “elegir un instrumento y deleitar a la audiencia” con una simple electroacústica y la banda acompañándolo suena I’m Looking Through You, segundo tema de Revolver de la noche y casi sin respiro da comienzo a Two of us demostrando con qué pocas notas pueda componer un tema. Y podría nombrar mil veces la frase armada “párrafo aparte” porque así realmente lo merece este show. Se apaga prácticamente todo el estadio y solo queda él su guitarra, un árbol proyectado de fondo y Blackbird…Sin palabras…
Si hasta acá parecía suficiente y nos dábamos por satisfechos, qué sería de nosotros si nos dijeran que solo iba medio show y lo que restaba era prácticamente todo Beatle…
Segundo homenaje de la noche: “escribí esta canción pensando en mi amigo John” y no la escribió alguien que no sabe cómo expresar los sentimientos…menos de 3 minutos en los que resume demasiados años, demasiados momentos…Lennon/Mc Cartney y Here today…
Dance Tonight del disco Memory Almost Full y hora de que el baterista Abe Laboriel, Jr. se luzca bailando tras los parches con un swing único, regresando una vez más a unos de los mas reconocidos discos de su etapa junto a su esposa en Wings “Band on the Run” con el tema Mr Vanderbilt.
Nuevamente, solo con la acústica y apoyado en los “disparos” del tecladista Paul “Wix” Wickens en cuanto a cuerdas y demás concernía, entonó Eleanor Rigby -otro clásico esta vez de los más “oscuros” si se le quiere llamar de “los bitls”
Tercer y último tributo y es difícil discernir cuál fue el más emotivo porque esta vez con la ya clásica versión desdoblada entre Paul sólo y la banda entrando de manera impecable y presentándola como –voy a cantar esta canción en memoria de mi amigo George – Something y…algo más que agregar? Las imágenes de fondo lo decían todo opacado por la dupla Paul/John creo que nadie duda que Harrison fue el tercer Beatle en importancia y…comentario de quien escribe, Richard Starkey fue el sostén perfecto del cuarteto de música Beat, la persona que debía aparecer en el momento que debía aparecer para hacer lo que debía hacer…eso fue Ringo ni más ni menos.
Como había anticipado Sing The Changes de “Fireman” y Band On The Run último tema de un disco de los Wings de la noche para definitivamente volver a Liverpool en todas sus expresiones, psicodélicas, hippies, cursies y agreguen cuanto adjetivo calificativo más quieran, todos valen, porque uno tras otro sonaron Ob-La-Di, Ob-La-Da, Back In The U.S.S.R. y I’ve Got A Feeling -aquella canción compuesta para Let it be con partes de canciones que no habían entrado en el famoso álbum blanco. Paperback Writer (demostrando que The Beatles se dieron el lujo como banda de dejar fuera de sus álbumes excelentes canciones que luego reaparecían en compilados)…
Otro gran momento en el mix A Day in the Life / Give Peace A Chance con otro guiño hacia la figura de su eterno compañero de composiciones y otra vez al piano para entonar uno de los himnos más conocidos Let It Be y donde una vez más el público acompañó estrofa tras estrofa…
Live and Let Die marcaría el único tema en el cual la banda hizo uso de la pirotecnia clásica en ese momento del show y que le da un tinte inigualable a esa canción compuesta para la película homónima del año 1973.
Hey Jude y nadie duda que este fue el tema en el que menos se nota la distancia entre músicos y público, haciendo cantar a mujeres y hombres por separado, deteniéndose a escuchar a la gente cantar, entendiendo exactamente qué clase de tema es…como decimos los músicos, es una “canción”…
Previo amague de irse (pero sabíamos que faltaban más de 30 minutos) volvió con un riff inconfundible…Day Tripper para disfrutar este primer bis que se completaría con Lady Madonna para bailar sobre las sillas del VIP y Get Back como para empezar a sentirnos un poco como aquellos transeúntes ingleses que los vieron tocar por última vez en aquella terraza hace mas de 35 años…
Menos de un minuto de espera pero con la seguridad de saber lo que faltaba, sumado a que las luces del estadio aún no se encendían, cuando otra vez solo con una guitarra se dispuso a entonar el tema que dicen por ahí es el más versionado en la historia Yesterday…
El cierre, mas allá de ser el esperado y previsible estuvo totalmente a la altura de lo que fueron todos y cada uno de los momentos del show, demostrando una vez más la influencia del estilo de los 4 de Liverpool en todo lo que vendría años después con Helter Skelter y Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise), el cual tantas veces hizo junto innumerables amigos y The End como para dejar a más de uno con esta sensación de haber pasado 3 horas con el sentimiento más puro que la música produce: Un viaje. Un viaje rememorando innumerables momentos de nuestras vidas. No hizo falta agudizar mucho la vista para ver gente contemporánea a Paul, parejas jóvenes abrazadas o besándose, padres e hijos, gente bailando al ritmo de la música “beat”, como hace 50 años lo hacían las primeras groupies, (a quién no le gustaría tener a Mc Cartney tocando para que uno baile), grupos de amigos, muchos llorando, abrazándose o tan solo personas como quien escribe, que tras la mezcla de sensaciones que esa noche en su vida le produjo quedó obnubilado ante la magnitud de lo que presenció. Dándose cuenta de que uno no debe anhelar haber tenido 18 en la Inglaterra de los 60 (hubiese sido hermoso, no lo dudo) para haber sido testigo de esos 4 monstruos de la música, sino estar agradecido de no haber nacido dentro de 100 años y que solo pueda llegar a su legado a través de sonidos o imágenes pero nunca como en esta mágica y misteriosa compartir junto a 45000 personas un show con una de las más grandes leyendas vivas sino la más grande de toda la historia de la música…
Por Sebastián Ruiz Díaz
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