En cualquier país del mundo ocurre que si la economía abre una nueva etapa de prosperidad, nadie hará lo posible para interrumpir ese crecimiento. En la Argentina, luego de la devaluación de su moneda en el año 2002, el turismo extranjero se transformó en una de las más rendidoras industrias pues se transformó en un gasto muy barato.
Ese escenario generó que, por ejemplo, la construcción de hoteles, edificios y nuevas torres se replicarán por los principales barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Y en los barrios más históricos, donde se asentaba el antiguo casco, las nuevas construcciones alteran su clásica arquitectura y fisionomía.
Por ello, numerosos habitantes del barrio de San Telmo ya han denunciado el avance de numerosas obras de construcción que, mediante la Justicia, intentan paralizar. Lo que ocurre hoy en barrios como La Boca, Barracas o San Telmo es que la inversión y los negocios que se han desarrollado ya han modificado en parte la verdadera identidad de un barrio que fue el sitio donde nació Buenos Aires.
Respetar la identidad es recordar el pasado y embellecer el presente.
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